A Lady-Latoria no le gusta que sus esclavas lleguen tarde porque el tiempo de la dominatrix es precioso. Pero el esclavo llegó hoy con su ama demasiado tarde y ella no puede dejarlo pasar. Porque el hombre sumiso no debe olvidar dónde está su lugar. Por eso, la mujer dominante de cabello negro ha preparado algo. La ama le mete un pequeño consolador en el ojete del sumiso, el cual tiene que soplar y lamer hasta dejar limpio después de la humillación. Al fetichista no parece gustarle mucho.
Filmado en privado en:
Offenbach am Main
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